viernes, 5 de julio de 2013

7 de julio de 2013

Primera Lectura
Isaías 66, 10-14
 
Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria. Porque dice el Señor: "Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien consuela su madre, así Yo los consolaré a ustedes. Por Jerusalén serán ustedes consolados. Cuando ustedes vean todo esto, les saltará de gozo el corazón y su cuerpo rejuvenecerá como la hierba. La mano de Yavé se dará a conocer a sus servidores y hará que sus enemigos vean  su enojo.
 
Salmo Responsorial
Salmo 65
 
R. Las obras del Señor son admirables.
 
L. Que aclame al Señor toda la tierra; celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable" /R.
 
L. Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos Tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. /R.
 
L. El transformó el mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: El Señor es eterno y poderoso. /R.
 
L. Cuantos temen a Dios vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. /R.
 
Segunda Lectura
Gálatas 6, 14-18
 
Hermanos: No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Porque en Cristo Jesús de nada vale el estar circuncidado o no, sino el ser una nueva creatura. Para todos los que vivan conforme a esta norma y también para el verdadero Israel, la paz y la misericordia de Dios. De ahora en adelante, que nadie me ponga más obstáculos, porque llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por Cristo. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.
 
Evangelio
Lucas 10, 1-12.17-20
 
En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; Yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: 'Que la paz reine en esta casa'. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes, se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: "Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios". Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: "Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca". Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad". Los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre". El les contestó: "Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les someten. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo".

No hay comentarios.: