viernes, 25 de julio de 2008
Lecturas Dominicales, 27 de julio de 2008
Primera Lectura
1 Reyes 3, 5-13
Lectura del primer libro de los Reyes,
En aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón
en sueños y le dijo:
"Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré".
Salomón le respondió:
"Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo David, mi padre,
porque se portó contigo con lealtad,
con justicia y rectitud de corazón.
Más aún, también ahora lo sigues tratando con misericordia,
porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono.
Sí, tú quisiste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo,
sucediera en el trono a mi padre, David.
Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar.
Soy tu siervo y me encuentro perdido
en medio de este pueblo tuyo,
tan numeroso, que es imposible contarlo.
Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón,
para que sepa gobernar a tu pueblo
y distinguir entre el bien y el mal.
Pues sin ella, i quién será capaz de gobernar
a este pueblo tuyo tan grande?"
Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría
y le dijo:
"Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas,
ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has pedido.
Te doy un corazón sabio y prudente,
como no lo ha habido antes, ni lo habrá después de ti.
Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido:
tanta gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo".
Segunda Lectura
Romanos 8,28—30
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos,
Hermanos:
Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman a Dios,
de aquellos que han sido llamados por él,
según su designio salvador.
En efecto, a quienes conoce de antemano,
los predestina para que reproduzcan en sí mismos la imagen de su propio Hijo,
a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama;
a quienes llama, los justifica;
y a quienes justifica, los glorifica.
Evangelio
Mateo 13,44-52
Lectura del santo Evangelio según san Mateo,
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud:
"El Reino de los cielos se parece a un tesoro
escondido en un campo.
El que lo encuentra lo vuelve a esconder y,
lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también
a un comerciante en perlas finas
que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.
También se parece el Reino de los cielos a la red
que los pescadores echan en el mar
y recoge toda clase de peces.
Cuando se llena la red,
los pescadores la sacan a la playa y se sientan
a escoger los pescados;
ponen los buenos en canastos y tiran los malos
Lo mismo sucederá al final de los tiempos:
vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido.
Allí será el llanto y la desesperación.
¿Han entendido todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí". Entonces él les dijo:
"Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia,
que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas".
viernes, 18 de julio de 2008
Lecturas Dominicales, 20 de julio de 2008
Primera Lectura
Sabiduría 12,13.16-19
Lectura del libro de la Sabiduría
No hay más Dios que tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No hay nadie a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus sentencias.
Tu poder es el fundamento de tu justicia,
y por ser el Señor de todos, eres misericordioso con todos. Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y castigas a quienes, conociéndolo, te desafían.
Siendo tú el dueño de la fuerza,
juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque tienes el poder y lo usas cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo
que el justo debe ser humano,
y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza,
ya que al pecador le das tiempo para que se arrepienta.
Segunda Lectura
Romanos 8,26-27
ectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos
Hermanos:
El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad,
porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir,
porque el Espíritu mega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen.
Evangelio
Mateo 13,24-43
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre:
"El Reino de los cielos se parece a un hombre
que sembró buena semilla en su campo;
pero mientras los trabajadores dormían,
llegó un enemigo del dueño,
sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
Cuando crecieron las plantas y se empezaba
a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo:
'Señor, ¡qué no sembraste buena semilla en tu campo?
¡De dónde; pues, salió esta cizaña?'
El amo les respondió: `De seguro lo hizo un enemigo mío'.
Ellos le dijeron: '¡Quieres que vayamos a arrancarla?'
Pero él les contestó:
'No. No sea que al arrancar la cizaña,
arranquen también el trigo.
Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y,
cuando llegue la cosecha, diré a los segadores:
Arranquen primero la cizaña y átenla
en gavillas para quemarla;
y luego almacenen el trigo en mi granero".
Luego les propuso esta otra parábola:
"El Reino de los cielos
es semejante a la semilla de mostaza
que un hombre siembra en un huerto.
Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas,
pero cuando crece, llega a ser más grande
que las hortalizas y se convierte en un arbusto,
de manera que los pájaros vienen
y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola:
"El Reino de los cielos
se parece a un poco de levadura que tomó una mujer
y la mezcló con tres medidas de harina,
y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas
con parábolas, y sin parábolas nada les decía,
para que se cumpliera lo que dijo el profeta:
Abriré mi boca y les hablaré con parábolas;
anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Luego despidió a la multitud y se fue a su casa.
Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
"Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó:
"El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre,
el campo es el mundo,
la buena semilla son los ciudadanos del Reino,
la cizaña son los partidarios del maligno,
el enemigo que la siembra es el diablo,
el tiempo de la cosecha es el fin del mundo,
y los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego,
así sucederá en el fin del mundo:
el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino
a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados,
y los arrojen en el horno. encendido.
Allí será el llanto y la desesperación.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".
sábado, 12 de julio de 2008
Lecturas Dominicales, 13 de julio de 2008
Primera Lectura
Isaias 55,10 -11
Lectura del libro del profeta Zacarías,
Lectura del libro del profeta Isaías
Esto dice el Señor:
"Como bajan del cielo la lluvia y la nieve
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer,
así será la palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí sin resultado,
sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión".
Segunda Lectura
Romanos 8,18-23
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos,
Hermanos:
Considero que los sufrimientos de esta vida
no se pueden comparar con la gloria
que un día se manifestará en nosotros;
porque toda la creación espera,
con seguridad e impaciencia,
revelación de esa gloria de los hijos de Dios.
La creación está ahora sometida al desorden,
no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió.
Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza:
que también ella misma va a ser liberada
de la esclavitud de la corrupción,
para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos, en efecto,
que la creación entera gime
hasta el presente y sufre dolores de parto;
y no sólo ella, sino también nosotros,
los que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos interiormente,
anhelando que se realice plenamente
nuestra condición de hijos de Dios,
la redención de nuestro cuerpo.
Evangelio
Mateo 13,1 -23
Lectura del santo Evangelio según san Mateo,
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba
y se sentó a la orilla del mar.
Se reunió en torno suyo tanta gente,
que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó,
mientras la gente permanecía en la orilla.
Entonces Jesús les habló de muchas cosas
en parábolas y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar,
y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino;
vinieron los pájaros y se los comieron.
Otros granos cayeron en terreno pedregoso,
que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto,
porque la tierra no era gruesa;
pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron,
y como no tenían raíces, se secaron.
Otros cayeron entre espinos,
y cuando los espinos crecieron,
sofocaron las plantitas.
Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto:
unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta.
El que tenga oídos, que oiga".
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron:
"¿Por qué les hablas en parábolas?"
Él les respondió:
"A ustedes se les ha concedido
conocer los misterios del Reino de los cielos,
pero a ellos no.
Al que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia;
pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas,
porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice:
Oirán una y otra vez y no entenderán;
mirarán y volverán a mirar, pero no verán;
porque este pueblo ha endurecido su corazón,
ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos,
con el fin de no ver con los ojos,
ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón.
Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen.
Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos
desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron
y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende,
le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron
a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terrero pedregoso significa
al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces,
y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel
que oye la palabra,
pero las preocupaciones de la vida y la seducción
de las riquezas la sofocan
y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena
representa a quienes oyen la palabra,
la entienden y dan fruto: unos,
el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta".
Lecturas, 6 de julio de 2008
Zacarías 9, 9-10
Lectura del libro del profeta Zacarías,
Esto dice el Señor:
"Alégrate sobremanera, hija de Sión;
da gritos de júbilo, hija de Jerusalén;
mira a tu rey que viene a ti, justo y victorioso,
humilde y montado en un burrito.
Él hará desaparecer de la tierra de Efraín
los carros de guerra y de Jerusalén, los caballos de combate.
Romperá el arco del guerrero y anunciará la paz a las naciones.
Su poder se extenderá de mar a mar
y desde el gran río hasta los últimos rincones de la tierra".
Segunda Lectura
Romanos 8,9.11-13
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos,
Hermanos y hermanas:
Ustedes no viven conforme al desorden egoísta del hombre,
sino conforme al Espíritu, puesto que el
Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes.
Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.
Si el Espíritu del Padre,
que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes,
entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos,
también les dará vida a sus cuerpos mortales,
por obra de su Espíritu, que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos,
no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre,
para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta.
Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos.
Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen
sus malas acciones, entonces vivirán.
Evangelio
Mateo 11, 25-30
Lectura del santo Evangelio según san Mateo,
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
y las has revelado a la gente sencilla!
Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos.
Nadie conoce al Hijo sino el Padre,
y nadie conoce al Padre sino el Hijo
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados
y agobiados por la carga,
y yo los aliviaré.
Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón,
y encontrarán descanso,
porque mi yugo es suave y mi carga ligera".
Lecturas, 29 de junio de 2008
Primera Lectura
Hechos 12,1 -11
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles,
En aquellos días, el rey Herodes mandó, apresara algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso agradaba a los judíos,también hizo apresar a Pedro.Esto sucedió durante los díasde la fiesta de los panes Ázimos.Después de apresarlo, lo hizo encarcelary lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos de guardia, de cuatro soldados cada turno.
Su intención era hacerlos comparecerante el pueblo después de la Pascua.Mientras Pedro estaba en la cárcel,la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.La noche anterior al día en que Herodesiba a hacerlo comparecer ante el pueblo,Pedro estaba durmiendo entre dos soldados,atado con dos cadenasy los centinelas cuidaban la puerta de la prisión.De pronto apreció el ángel del Señory el calabozo se llenó de luz.El ángel tocó a Pedro en el costado,lo despertó y le dijo: "Levántate pronto".Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron. El ángel le dijo:"Cíñete la túnica y ponte las sandalias", y Pedro obedeció. Después le dijo: "Ponte el manto y sígueme".
Pedro salió detrás de él,sin saber si era verdad o no lo que el ángel hacía,y le parecía más bien que estaba soñando.Pasaron el primero y el segundo puesto de guardiay llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle.La puerta se abrió sola delante de ellos.Salieron y caminaron hasta la esquina de la calley de pronto el ángel desapareció.Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: "Ahora sí estoy seguro de que el Señorenvió a su ángel para librarme de las manos de Herodesy de todo cuanto el pueblo judío esperaba que me hicieran".
Segunda Lectura
2 Timoteo 4,6 8.17-18
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Timoteo,
Querido hermano:Ha llegado para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida.He luchado bien en el combate,he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida,con la que el Señor, justo juez,me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amorsu glorioso advenimiento.Cuando todos me abandonaron,el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramenteel mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos.Y fui librado de la fauces del León.El Señor me seguirá librando de todos los peligrosy me llevará sano y salvo a su Reino celestial.
Evangelio
Mateo 16,13-19
Lectura del santo Evangelio según san Mateo,
En aquel tiempo,cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos respondieron:"Unos dicen que eres Juan el Bautista;otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas". Luego les preguntó:"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?".Simón Pedro tomó la palabra y le dijo:"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús le dijo entonces:"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan,porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos!Y yo te digo a ti que tú eres Pedroy sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos:todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo,y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".